El Camino a la Servitización:
De la Venta de Productos a Servicios basados en Resultados por Paco Ramirez Neira
El Auge de la Servitización: De la Venta de Productos a la Entrega de Resultados
A finales del siglo XX, la servitización emergió como un enfoque disruptivo en los sectores industrial y de servicios. Las empresas comprendieron que vender productos ya no bastaba para sostener el crecimiento, ni mantener la competitividad. La digitalización y el avance tecnológico impulsaron una transición clave: dejar de “vender productos y correr con el dinero” para pasar a ofrecer servicios integrados junto con los productos. Este cambio permitió a las compañías generar mayor valor al combinar bienes físicos con servicios como mantenimiento, actualizaciones, modelos por suscripción y precios basados en el uso.
En lugar de vender una máquina, por ejemplo, hoy muchas empresas ofrecen el “tiempo de disponibilidad” como servicio, asumiendo la responsabilidad de su rendimiento óptimo durante todo el ciclo de vida. Esta transformación no es solo un nuevo modelo de negocio; implica “repensar” procesos y sistemas para garantizar una entrega continua y de alta calidad. Herramientas como las soluciones de Quote-to-Cash (Q2C), que abarcan desde CPQ (Configure, Price, Quote), CRM, gestión de pedidos, aprovisionamiento de servicios, hasta facturación y cobros, resultan fundamentales. Estas soluciones, reforzadas con capacidades de Mediación especializadas, permiten a las empresas interactuar con sus clientes, entregar productos y servicios, automatizar la facturación recurrente y conectarse con ecosistemas externos, generando relaciones sostenibles y de alto valor.
Sectores como la automoción (Vehículo como Servicio), la industria (Equipos como Servicio) y la tecnología (Software como Servicio) ilustran el potencial transformador de la Servitización. Estas industrias han dado el paso de la venta puntual a soluciones orientadas al servicio, ofreciendo valor continuo a través de modelos por suscripción, soporte durante todo el ciclo de vida y servicios personalizados. El resultado: mayor fidelidad del cliente, ingresos recurrentes y una innovación más profunda en los modelos de negocio.